La desnutrición aguda es una condición que resulta de una ingesta inadecuada o insuficiente de nutrientes en el organismo. Este concepto forma parte de la malnutrición, entendida como cualquier desequilibrio nutricional que también incluye el sobrepeso, la obesidad y deficiencias específicas de micronutrientes como hierro o vitamina D.
Existen diversos tipos de desnutrición: aguda, moderada, severa y crónica, además de otras variantes que responden a déficits proteicos, energéticos o de vitaminas y minerales.
Cuando hablamos de desnutrición aguda en adultos mayores, nos referimos a una pérdida de peso reciente y evidente, acompañada de signos visibles de delgadez. La desnutrición moderada se define cuando el peso para la talla se encuentra entre -2 y -3 desviaciones estándar, mientras que la desnutrición severa corresponde a valores por debajo de -3 desviaciones estándar y se asocia con un mayor riesgo de mortalidad.

Por su parte, la desnutrición crónica puede no mostrar cambios evidentes a simple vista, pero se evidencia mediante exámenes clínicos que indican una falta prolongada de nutrientes capaz de afectar de manera progresiva las funciones del organismo. En el caso de los niños, la desnutrición crónica se reconoce por bajo peso y talla para la edad; sin embargo, en personas mayores sus manifestaciones pueden ser más sutiles, como por ejemplo:
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Disminución gradual de la masa muscular.
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Pérdida de fuerza o dificultad para realizar actividades cotidianas.
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Fatiga constante.
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Caída del cabello o fragilidad en uñas y piel.
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Mayor susceptibilidad a infecciones.
Es importante señalar que la desnutrición aguda en adultos mayores no tiene las mismas causas ni el mismo abordaje que en población infantil. En esta etapa de la vida influyen factores de salud, funcionalidad y condiciones sociales específicas.
Causas frecuentes de desnutrición aguda en personas mayores

Una de las causas más comunes son las enfermedades crónicas. En Colombia, en promedio, una persona mayor de 65 años convive con al menos dos o más condiciones crónicas, las más frecuentes son: hipertensión, diabetes, insuficiencia cardíaca, EPOC, artritis y condiciones renales. Algunas de ellas afectan el apetito y la capacidad del organismo para absorber nutrientes, especialmente por los medicamentos que se usan para controlarlas.
También intervienen los problemas de salud bucal y de deglución. La pérdida de piezas dentales y las dificultades para masticar o tragar reducen la variedad y cantidad de alimentos ingeridos, lo que disminuye la ingesta nutricional.
La salud mental desempeña un papel significativo. La soledad, la depresión y los trastornos cognitivos como las demencias disminuyen el interés por la alimentación y pueden llevar a largos períodos sin consumir alimentos adecuados.
Por último, las condiciones sociales representan un punto crítico. Más del 50% de las personas mayores en Colombia no cuenta con ingresos laborales ni pensión. La falta de recursos limita el acceso a alimentos nutritivos y de calidad, lo que convierte la desnutrición aguda en un desafío persistente de salud pública.
De acuerdo con un artículo publicado en la Revista Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, alrededor del 40% de los adultos mayores de 70 años en Medellín se encuentran en riesgo de malnutrición, especialmente hombres con nivel socioeconómico bajo. Entre 2014 y 2016 se registraron 3.275 muertes por desnutrición en adultos mayores (0,5% del total), principalmente en hombres mayores de 80 años.
¿Qué hacer frente a la desnutrición aguda en adultos mayores?
La identificación temprana es fundamental. Se recomienda prestar atención a cambios de peso, apetito y energía. La valoración por nutrición clínica, gerontología o medicina interna permite definir estrategias que incluyen planes alimentarios adecuados, seguimiento médico y acompañamiento social.
El fortalecimiento de programas comunitarios, comedores sociales, subsidios alimentarios y redes de apoyo familiar y vecinal también contribuye a prevenir la desnutrición aguda en esta población.
La desnutrición aguda en adultos mayores no es solo un problema de alimentación, sino el reflejo de condiciones de salud, emocionales y sociales que se entrelazan. Reconocerla a tiempo y actuar mediante apoyo integral, políticas públicas sostenidas y entornos familiares participativos es clave para garantizar una vejez digna, saludable y con calidad de vida.
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Fuentes:
Desnutrición en adultos mayores: avances recientes y desafíos pendientes | 2021
Mortalidad por desnutrición en el adulto mayor, Colombia, 2014-2016 | INS, 2019
