La incontinencia urinaria hace referencia a la pérdida del control de la vejiga y, aunque no es una generalidad, esta condición ocurre con mayor frecuencia en las personas mayores, ya que el músculo de la vejiga puede disminuir la capacidad de almacenar orina. Además, las contracciones involuntarias de la vejiga se vuelven más frecuentes con el paso de los años, por lo que en esta etapa se suele recurrir al uso de pañales para adultos u otras alternativas para mejorar la calidad de vida.
En las mujeres la incontinencia urinaria suele presentarse después de la menopausia, ya que para esta edad producen menos estrógenos, la hormona que recubre la vejiga y la uretra, por lo que su deterioro puede causar incontinencia. En los hombres la incontinencia se asocia mayormente al agrandamiento de la glándula prostática, una condición denominada ‘hiperplasia prostática benigna’. (Mayo Clinic, 2023)
Uso de pañales para adultos y sus implicaciones
De acuerdo con un informe de investigación de mercado realizado por Mordor Intelligence, el segmento de los pañales para adultos en América Latina tenía un valor de mercado estimado de USD 1,74 mil millones en 2021 y entre 2023-2028, se estima que tenga una tasa de crecimiento anual del 6,7%. Esta cifra creciente se debe también a que desde el 2015 y hasta el 2050, el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22% (OMS), lo que en consecuencia aumentará el uso de pañales y absorbentes para adultos mayores.
En Colombia, de acuerdo con MIPRES, el principal servicio complementario prescrito durante el 2021 fueron los pañales. A detalle, a cerca de 206.000 personas se les prescribieron estos insumos, lo que corresponde al 88% de la totalidad de servicios complementarios recetados por el médico tratante durante ese año.
De acuerdo con Online Brazilian Journal of Nursing, el uso de pañales puede estar relacionado directamente con el desarrollo de afecciones en la piel como lesiones por presión, dolor e incomodidad, todos ellos asociados al empeoramiento de la calidad de vida. No obstante, una de las mayores complicaciones que aparecen derivadas del uso de pañales es la dermatitis, puesto que en esta etapa de vida se presenta un adelgazamiento en las capas de la piel, disminuyendo también la capacidad de renovación, al mismo tiempo que su capacidad para actuar como barrera semi-impermeable, lo que la hace más susceptible y menos resistente ante agresiones como la presencia de sustancias irritantes como la orina y las heces.
Es recomendable usar cremas con ingredientes que formen una capa de barrera y con emolientes que ayuden a proteger la piel contra la denominada pañalitis, como por ejemplo Aizla emulsión o Aizla Spray, que están especialmente formuladas para ayudar con estas molestias y facilitar la vida del cuidador, y de la persona mayor.
Cabe mencionar, que el uso de estos absorbentes también tiene implicaciones medioambientales, ya que según el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados —Cinvestav, un pañal desechable común tarda en degradarse 500 años.
Beneficios del uso de ropa interior reutilizable en adultos mayores
Algunos de los beneficios del uso de ropa interior reutilizable sobre los pañales para adulto son:
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- Discreción y comodidad: la ropa interior desechable a menudo se asemeja más a la ropa interior convencional, lo que puede proporcionar una sensación de normalidad y comodidad para la persona que la usa. También, es menos voluminosa que un pañal para adulto por lo que puede resultar más discreta debajo de la ropa.
- Facilidad de uso: la ropa interior reutilizable es fácil de poner y quitar, lo que puede ser beneficioso para las personas mayores que desean mantener cierta independencia en su cuidado personal.
- Variedad de estilos y tallas: existe una amplia variedad de estilos, tallas y niveles de absorción en la ropa interior desechable, lo que permite una adaptación más personalizada a las necesidades específicas de cada individuo.
Antes de usar cualquiera de los productos mencionados, es fundamental consultar con un profesional de la salud. Estas recomendaciones no suplen un criterio médico.