Los talones agrietados o fisurados aparecen cuando se altera la barrera cutánea, generalmente por una piel muy seca o como consecuencia de ciertas enfermedades. Cuidarlos es fundamental, ya que los talones sostienen el cuerpo, permiten la marcha y soportan gran parte de la presión al caminar, lo que favorece la resequedad y la formación de grietas.
Entre las causas más frecuentes de los talones agrietados se encuentran la obesidad, la diabetes, el eczema, el hipotiroidismo y la dermatosis plantar juvenil. También pueden originarse por infecciones como el pie de atleta, pies planos, espolones calcáneos, permanecer mucho tiempo de pie sobre superficies duras, usar zapatos abiertos o mal ajustados e incluso por factores ambientales como el clima seco y frío.
Cuando aparecen estas grietas en la piel, es señal de que la barrera cutánea necesita mayor hidratación y protección para recuperar su suavidad y resistencia. Si no se tratan a tiempo, pueden evolucionar a fisuras profundas y dolorosas que dificultan actividades tan básicas como caminar, correr o incluso permanecer de pie.
Señales de alerta en los talones agrietados
Antes de que la piel se fisure, suele aparecer una zona seca, dura y engrosada alrededor del borde del talón. Popularmente se conoce como callo, y es común que tenga un tono más amarillento o descolorido.
En una etapa inicial, se observan pequeñas grietas sobre este callo. Sin embargo, la falta de tratamiento y la presión constante pueden profundizarlas, generando dolor al caminar o estar de pie. En algunos casos, las grietas son tan profundas que incluso pueden sangrar.
La piel seca es el principal detonante de los talones agrietados. Cuando se suma a otros factores, es poco probable que las lesiones desaparezcan únicamente corrigiendo hábitos. Por ello, lo más recomendable es mantener la piel humectada, ya que mientras más húmeda y flexible esté, menos propensa será a presentar grietas.
¿Qué sirve para los talones agrietados?
De acuerdo con Mayo Clinic, lo más efectivo es hidratar los pies al menos dos veces al día con cremas de textura espesa que contengan activos como urea y alfahidroxiácidos, agentes hidratantes y suavizantes que ayudan a eliminar la piel muerta. Al elegir una crema, conviene revisar que entre sus ingredientes figure un componente capaz de mantener la hidratación durante más tiempo.
El cuidado también debe incluir el jabón que se utiliza. Muchos jabones resecan la piel y agravan el problema. Se recomienda lavar los pies con agua tibia y un jabón líquido hidratante, enjuagarlos, secarlos con suaves toques (no frotando) y aplicar después la crema, complementando el cuidado con medias de algodón.
Maxydra Pies es una emulsión especialmente diseñada para hidratar la piel de los pies. Contiene Saccharide Isomerate, conocido por atraer y retener agua para proporcionar hidratación intensa y duradera, además de Urea y Piroctona Olamina, que aportan suavidad y protección antifúngica. Para potenciar sus beneficios, puede complementarse con Elderm Jabón líquido, un limpiador suave con acción hidratante que evita la resequedad y ayuda a prevenir las grietas en los talones.